miércoles, 18 de enero de 2012

antes..

(3 años antes de conocer a Alexander….)

Por más que quisiera disimular, apartar la mirada hacía los demás. Ella sabía que sus poderes no sólo se percibían a simple vista, sino que se llegaban a sentir. Siempre que llegaba a un lugar, todas las personas sentían un frío que les recorría el cuerpo y sus manos quedaban manchadas con una ligera escarcha de colores suaves, con tonos pastel. Sus labios color rosa, se humedecían siempre por los nervios, que le hacían mover su lengua suavemente sobre ellos. Sus manos siempre guardadas en sus bolsillos de su sudadera, escondiendo esos puchos, esas uñas que se clavaban en su piel blanca como la nieve, y débil cómo el papel al contacto con el agua. Melinda no sabía muy bien que le pasaba, pero sabía que en las noches la luna la llamaba, y alcanzaba alturas que jamás habría imaginado poder alcanzar.

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